Cuando la pasión mal entendida le gana a la razón.-
Por Rubén Daffar.-
El domingo pasado tras el final del partido entre Litoral y Viale F.C. que ambos elencos igualaron 1 a 1, se produjeron incidentes de proporciones que incluyeron agresiones a los árbitros del encuentro y que tuvo como protagonistas a gente identificada con la camiseta del club de nuestra ciudad.
Todo comenzó cuando el árbitro santafesino Roberto Torres cobró una dudosa falta como penal favorable a Viale F.C. restando tres minutos para el final del encuentro. Pese a las airadas protestas de los jugadores locales, Patricio Lescano le dio el empate a Viale F.C., y este mismo jugador un par de minutos después convirtió otro tanto, aunque este fue anulado por el árbitro también en una cuestionable decisión; pero vale decir también que en ambas jugadas el juez tiene el beneficio de la duda, que -para el caso- es a su favor por estar más cerca de donde se produjo la jugada.
Es decir, hasta aquí hablamos de cosas propias del juego.Pero lo más lamentable ocurre después, ya fuera del terreno del juego. Un grupo de gente rodea el vestuario de los árbitros en clara intención de tomar alguna represalia ante los supuestos errores de Torres. Cuando los cuatro hombres que estuvieron a cargo del encuentro intentan salir del lugar, son agredidos por este grupo de simpatizantes que llegan a impactar con golpes de puño en la humanidad de los jueces, fundamentalmente en el propio Roberto Torres.
Más tarde un grupo de hinchas de Litoral se apersonan a la Sede de la Liga, y allí realizan una ruidosa manifestación frente al local de calle San Martín, que incluyó la quema de neumáticos y algunos insultos.En declaraciones realizadas al programa “Mañana Radiofónica” el juez dice que en cierto momento el vestuario se llena de humo por lo que presume que le arrojaron una bomba de humo dentro del recinto para obligarlo a salir; y que cuando intentan hacerlo custodiado por personal policial, reciben las agresiones que incluyeron golpes y el arrebato del bolso donde llevaba su indumentaria y el dinero de los aranceles del arbitraje que debía depositar en la Liga.
El bolso tras caer en la pileta, es rescatado por un dirigente del club y personal policial; pero luego Torres denuncia en sede policial el faltante de indumentaria y del mencionado dinero. Consultado sobre si reconocía a algunos de sus agresores, dijo que no conocía a nadie ya que se trata de su primera temporada en Paraná Campaña.Estas declaraciones periodísticas de Torres, difieren con un elemento de prueba con la que contaría la Liga, que es la denuncia policial donde allí sí se dan a conocer nombres e incluso apodos de los supuestos agresores.
Y pese a que también dijo públicamente que desconocía el monto del faltante de dinero, en la denuncia se especifica el monto exacto de esa plata. Vale decir que el presidente de la Liga Ing. Rubén Rezett ha mantenido un perfil bajo ante esta situación. Y parece la decisión más inteligente ante tanto grito, voces amenazantes, pedidos de “cortar cabeza” y demás posturas que se suelen tomar en este tipo de situaciones.
Este martes se realizó una reunión del Tribunal de Disciplina y el Consejo Directivo de la Liga donde se analizó el tema. Se acordó pedir todas las pruebas necesarias; como informe del árbitro, denuncia policial de este, informe policial sobre los hechos, material fílmico y todo elemento que pueda servir a la hora de evaluar una posible sanción para Litoral.
Se especula con varias posibilidades, que van desde sanciones económicas, suspensión de la cancha y la más alta pena que es la suspensión de la afiliación a la Liga. Todas son hasta aquí solo conjeturas; pero seguramente la institución de nuestra ciudad que con tanto esfuerzo desde el 2004 juega nuevamente en Paraná Campaña, deberá purgar una dura sanción, como resultado de que muchas veces la pasión mal entendida se transforma en violencia y le gana a la razón.
